El otoño nos invita a la reflexión, a conectar con el agradecimiento, intuición e interiorización. Es una estación de maduración y una época maravillosa para revisar nuestra casa.
El otoño nos prepara para dejar ir y abrir paso a la renovación, para sembrar esa semilla de lo que queremos en nuestra casa y en nuestra vida.
Que esta estación te ayude a decir GRACIAS y a poner el foco en lo esencial y a partir de ahí liberarnos de tantas pertenencias que guardamos sin darles ninguna utilidad, de actividades, compromisos y de grandes listas de tareas pendientes por hacer.
A nivel energético, el retener objetos que no utilizamos nos bloquea y nuestra energía se pierde cada vez que volteamos a verlos y en nuestra mente están versiones como: <es que… me lo regalaron> <invertí dinero> <lo guardo por si acaso> .
Las respuestas están en la naturaleza, las hojas caen sin esfuerzo y sin ningún reclamo, aprendamos de ella y dejemos ir desde el agradecimiento y la coherencia.
Identifica un lugar en tu casa que te inspire tranquilidad y prepárate para comenzar de nuevo, diferente y transformando tus espacios, porque cuando cuidamos nuestra casa nos cuidamos a nosotros mismos.
El otoño pide dejar ir aquello que no es coherente contigo, con tu presente, con la persona que eres ahora. Al igual que dejamos ir y vamos cambiando, nuestra casa también refleja ese cambio.
¿Cuándo fue la última vez que revisaste tus cosas?
¿Y si probamos dejando ir y haciendo espacio?
Agradece siempre a tu casa por todos los beneficios que te aporta, deseo que tengas una casa y una vida con equilibrio y armonía.